Homenaje y recuerdo a Pepe Ruiz
Pascual Ortuño
Sin lugar a dudas Pepe Ruiz fue el elemento esencial de Vino Tinto, además de un amigo con el que he compartido, desde la niñez, gran parte de mi vida. “Juntos comenzamos algo para toda la vida. A mi fratello Pascual” me escribió en la dedicatoria de su libro “Músicas Tradicionales Mediterráneas”. Su prematura muerte en julio de 2010 truncó su producción investigadora en el campo de la música folk.
JUAN JOSÉ RUIZ MOLINA despuntó desde muy joven por sus grandes cualidades como músico. Ambos aprendimos a tocar de la guitarra con “el abuelo”, un genio popular yeclano que por el precio de cinco pesetas nos daba clases en la cochera de su casa, junto al carro y la mula, y nos enseñaba las canciones tradicionales de nuestro folklore, las coplas populares y los boleros de moda de la época.
Pepe compaginó los estudios superiores en el Conservatorio de Murcia con los de Filosofía y Letras, y muy pronto puso en práctica sus habilidades con la creación en Yecla de un orfeón de voces blancas, el primitivo “Vino Tinto”, en el que dió sus primeros pasos como director y arreglista, al tiempo que colaboró activamente con la asociación folklórica “Francisco Salzillo” y con la orquesta “ALCEY” en la que comenzó su andadura profesional ayudándose a sufragar sus estudios.
En los ambientes culturales de la Universidad de Murcia, colaboró con la Coral y el Teatro Universitario, de donde surgió nuestro septeto de voces blancas “VINO TINTO” velando nuestras primeras armas con las canciones del cuarteto “CONTRAPUNTO” de música popular venezolana, y las versiones de algunas piezas del Cancionero de Upsala y de la música medieval y renacentista española. Las investigaciones sobre las tradiciones musicales de la Huerta de Murcia dieron como resultado la recuperación de algunas seguidillas, fandangos y jotas que se han incorporado al acervo musical de la región y, particularmente, de la comarca del Altiplano (Yecla y Jumilla) que inspiró inevitablemente el nombre del grupo.
Tras el éxito de VINO TINTO en el programa de TVE “La Gran Ocasión” y la grabación del primer disco se trasladó a Madrid, completando su formación musical en el Real Conservatorio obteniendo los títulos de Pedagogía Musical y Musicología. Además de la dirección musical del grupo, colaboró con Ramón Arcusa y Augusto Algueró como arreglista.
En 1981 se implicó en la organización del Encuentro Internacional de Folklore de Cerdeña, siendo nombrado ciudadano honorario de la ciudad de Tempio, donde trabajó con la coral “SU NURORESU” con el maestro Tonino Puddu. Profundizó su tarea investigadora de las raíces de la música tradicional del Mediterráneo estudiando la influencia de los coros de la tragedias de la Grecia clásica y de la música medieval arabo-persa colaborando con el instrumentista iraní de Tar REZZA JATARI, y con musicólogos e intérpretes de la música sefardí, descifrando la similitud cultural de las formaciones musicales del mediterráneo oriental con los coros de “Auroros” de Murcia y la Vega Baja del Segura.
Fruto de su minucioso trabajo vió la luz en 2005 su libro “MÚSICAS TRADICIONALES MEDITERRÁNEAS: lo común y lo diferente”, trabajo encomiable de musicología profusamente ilustrado con las partituras y arreglos musicales de estas melodías tradicionales, completadas con un CD que recoge el fruto de sus investigaciones como folklorista.
Paralelamente ejerció la docencia e hizo composiciones musicales para coros, bandas de música, grupos de folk e intérpretes de los cánticos tradicionales del área mediterránea.
Sus aportaciones y creaciones forman ya parte del patrimonio colectivo y son un orgullo para su familia, Juani, Teresa y los nietos que no conoció y sus amigos, de lo que modestamente me hago eco con este reconocimiento público al profesional, maestro y amigo del alma.
Margarita Ardanaz
No siempre es grato recordar, pero para este debido homenaje he de decir que, entre las luces y las sombras de aquella aventura que fue para muchos de nosotros Vino Tinto, Pepe Ruiz fue un compañero bueno y generoso. Excepcionalmente dotado para la música, paciente en la dirección musical del grupo, gran pedagogo y un amigo al que añoraré.
Chema Conesa
Érase un chico sonriente, presto siempre al humor propio y ajeno. Colega y amigo que nunca quiso caminar solo. Dotado de un oído privilegiado para componer armonías, juntar voces en torno a la suya, capitán de un coro que arropaba sus sueños. Maestro en hacer comprender la música a quienes apenas comprendíamos la magia de las posibles combinaciones de las siete notas. Líder indiscutible sin querer serlo, apasionado en sus amores, el ancla de su vida que le permitió vivir despreocupadamente sus sueños musicales. A ti, que con tu sabiduría nos hiciste creer mejores. Que con la exposición de tus miedos desnudaste tu fragilidad y te mostraste cercano, plenamente humano bajo tu omnipotencia profesional. A ti, Pepe, te recuerdo hoy con nostalgia del tiempo pasado.
Guillermo Duarte
Pepe y yo teníamos la ilusión de componer juntos. Él hacía músicas continuamente y aceptaba casi todos los bodrios que yo le escribía.
Un día, harto ya de no tener pizca de chispa para eso de componer letras de canciones, le escribí esto por la parte de atrás de un folio costroso y usado:
(Enrojezco de vergüenza, pero ahí va…)
“Hola, Pepe.
Siempre me pasa igual/ Intento ponerme a escribir/ Intento empezar la canción de siempre / Y tengo que parar… /Porque mi pluma se queda enredada en la palabra / Y el papel se alza en su blancura /Como una muralla / Hola, Pepe, / Siempre me pasa igual / Cada día comienzo la canción / Pero mi mente se detiene / Como un reloj sin cuerda / y mis dedos dicen ‘no’ / Tengo entre mis manos impotentes la guitarra / Y mis dedos se declaran en huelga…”
…Pues le puso música y Vino Tinto la grabó en maqueta.
El disco/vinilo nunca vio la luz.
Lola Marin
Ha pasado mucho tiempo, pero recuerdo a Pepe.
Con su voz rota; cuántas veces afónico en esas madrugadas de viaje, después de actuaciones inolvidables.
Abrazado a una guitarra, un pitillo quemándose entre partituras; pariendo mil voces y arreglos de cualquier estilo y tipo; entre bromas, con su risa amplia como el gato de Alicia en el País de las Maravillas.
Murcianico a mucha honra!!
Ha pasado mucho tiempo, pro lo sigo sintiendo.
Pilar Carrasco
Pepe Ruiz, murciano o ¿marciano?
¿Alguna vez alguien se ha preguntado por qué una sola vocal distingue dos palabras de significado tan diferente? Pues si nadie lo hizo todavía, yo sí. Tal vez porque comparto con él los mismos orígenes, las mismas pasiones. La pasión por las verduras y hortalizas de nuestra huerta, por los atardeceres rojos del mar menor, por el zarangollo, la mojama, el pastel de carne, el arroz caldero, el “paparajote” y tantos otros platos típicos y únicos. También compartimos la alegría de la música (cantábamos cuando estábamos alegres; también cuando estábamos tristes), esa música folk, en concreto, que nos hizo unir nuestras voces durante años. Lo que recuerdo de él, además de su voz rota y grave, tan peculiar, es su humor negro. Contaba unos chistes espantosos, al modo de Eugenio, sin reír, sin gesticular, y, todavía, después del tiempo transcurrido, consigue que yo sonría cuando los rescato del pasado, y que otros también lo hagan cuando se los cuento.
Dicen que uno no muere del todo mientras su recuerdo permanece, así que, por lo que a mi respecta, puedes estar tranquilo, Pepe. A través del humor, ese que tantas veces intercambiamos en chistes absurdos e incomprensibles para el resto del universo, seguirás viviendo eternamente.
Marita Ortuño
Reconocimiento a Pepe Ruiz que se nos fue en silencio.
A Pepe lo definía su calidad humana. Derramaba sencillez, naturalidad y buenos sentimientos. Personalmente lo conocía primero como amigo de mi hermano – ambos habían compartido experiencias en su formación – y luego, cuando teníamos 20 años, lo tuve como compañero, además de amigo, en el Grupo vocal Vino Tinto que juntos fundamos. Personalmente Pepe me aportaba una enorme tranquilidad cuando teníamos que subirnos al escenario y actuar ante el público; era el momento en el que se me ponía un nudo apretado en el estómago. Entonces él me miraba de reojo y con su guitarra, siempre afinada, tras los primeros y seguros acordes, daba la entrada de la canción que íbamos a interpretar y ahí se me quitaban muchos de mis miedos escénicos. Todos juntos vibrábamos cantando especialmente al ver a la gente sonreír, emocionarse e incluso cantar con nosotros.
Inspiraba confianza a todos los componentes del grupo por el gran sentido musical que tenía. La confianza entre nosotros era mutua; por lo que a mí respecta, él sabía que yo no iba a fallar con una nota desafinada y que podía empastar bien mi timbre de voz con el de los demás. Perdonad la inmodestia, pero tanto mi hermano como yo, a semejanza de Mocedades, veníamos de una familia con una tremenda inclinación musical en la que desde pequeños se nos educaba el oído. Mis padres y los siete hermanos cantábamos y cantamos en las reuniones familiares - incluso en corales - buscando con ello expresar nuestras emociones. Por eso compartíamos con Pepe la pasión por la polifonía. De ahí que fuera tan sencillo entendernos en un conjunto cuyo estilo estaba basado en la armonía de voces.
Pepe Ruiz era nuestro director, compositor y arreglista. En mi opinión él era el que tenía un mayor criterio musical, el que elegía muchos de los temas, el que asignaba las voces y las armonizaba. Esas fueron siempre sus importantes misiones en el grupo.
Además de “Volver en Vino”, nuestra canción emblemática, mi canción preferida entre el repertorio que llevábamos era “Duerme, negrito”. Es una vieja canción antillana tradicional que recogió Atahualpa Yupanqui y que con tanto gusto cantó también Mercedes Sosa. En nuestra versión yo era la solista y recuerdo a Pepe solicitándome siempre que la cantara, dado que disfrutaba con la interpretación que habíamos conseguido gracias a su admirable sensibilidad tan adecuada para la ternura de esta nana. Más tarde, cuántas veces acuné a mis hijos con esta canción y con su recuerdo, rememorando al tiempo mis vivencias con Vino Tinto. Y ahora la cantaré en homenaje a Pepe que duerme ya para siempre
Flora Pino
"Muchos años han pasado ya desde que, junto a mis amigos y compañeros de parranda, recorrí esta Piel de Toro que a todos nos vio nacer entre Murcia y Madrid. En ese tiempo hubo de todo pero siempre más bueno que malo y quizá por eso sigamos reuniéndonos y cantando pese a que ya no estamos para tanto trote como antaño. Aún así, creo que nos seguimos defendiendo mejor que peor en los escenarios. Pero nos falta Pepe. El más campechano y tranquilo de todos nosotros, el verdadero sostén musical del grupo, nos dejó hace tiempo pero siempre recordaré, además de innumerables y entrañables anécdotas que no cabe contar aquí, aquella última actuación en Segovia con él y los proyectos de los que hablamos ilusionados y que se llevó el viento. Conociéndole, estoy casi segura de que Pepe, desde algún lugar ignoto, sigue dirigiendo nuestros pasos para que nunca dejemos de cantar ni de olvidarle…"
Juan Manuel del Valle
Amigo Pepe … maldita sea la gracia. Tomábamos a broma tú pedir un Garvey y yo un Espléndido, en las paradas de los viajes de ayer cantar allí y allá mañana, mientras el resto se desperezaba en la furgoneta, o antes o después de la actuación. Tiempos eran en los que la emoción tenía sabor de broma, y, al revés, la broma era emoción y largo el viaje, entre cántico y cántico, o al final de un ensayo. Eran duras las giras, malas las carreteras, difíciles los retos…Pero todo se vencía con las ganas y se dulcificaba con las bromas.
Cuando me enteré que el hígado no había resistido convertir en refugio aquellas bromas, que el reloj te marcaba la partida, que no había marcha atrás, quedé dolido, por tantas desventuras que venciste. Y apenas me quedó cruda la frase… maldita sea la gracia.
GALERÍA DE FOTOS EN RECUERDO DE PEPE RUIZ
1. Pepe, con su disfraz preferido: entre Dalí y Groucho Marx
2. Pepe Ruiz, en el centro y con banda, con Pascual (entonces Pascualín), el primero de la segunda fila a la derecha.
3. Lola, Marita, Margarita y pascual en el intermedio del ensayo para el homenaje a Pepe Ruiz, en el teatro Concha Segura de Yecla, en 2014.
4.- Pepe con Guillermo y Pascual en el viaje de estudios del instituto de Yecla
5.- Pepe con su querida hija Mayte
6.- Pepe Ruiz, un músico que dejó huella.
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